La Conferencia de Londres de 1947 y su Impacto en la Alemania de Posguerra

En diciembre de 1947, Londres se erigió como el primer escenario donde se decidía el futuro de Alemania. Vamos a ver cómo se desarrolló la Conferencia de Londres de 1947.

conferencia londres 1947: vista del parlamento británico
Foto: Michael D Beckwith
VER ÍNDICE DEL ARTÍCULO:
  1. Antecedentes Históricos
  2. Objetivos de la Conferencia de Londres 1947
  3. Participantes y Delegaciones
  4. Temas clave discutidos
  5. Acuerdos y Desacuerdos
  6. Impacto en las Relaciones Internacionales
  7. Referencias para saber más

Antecedentes Históricos

Antes de sumergirnos en la Conferencia de Londres de 1947, retrocedamos un poco. Finaliza la Segunda Guerra Mundial, y el mundo está en ruinas, especialmente Europa.

Alemania, el epicentro del conflicto, está devastada y dividida entre las potencias victoriosas. Aquí es donde entra en juego la Conferencia de Londres.

Los aliados, Estados Unidos, Reino Unido, Francia y la Unión Soviética, tienen ideas distintas sobre cómo manejar la posguerra alemana. Mientras algunos abogan por una Alemania fuerte que pueda contribuir a la recuperación europea, otros temen que pueda resurgir como una potencia militar.

Este es el telón de fondo de nuestra historia: cuatro potencias, cada una con sus propios intereses y visiones para el futuro de Alemania, y por extensión, de Europa. La Conferencia de Londres se convierte así en el primer acto de una larga obra que dará forma al continente en las décadas venideras.

Objetivos de la Conferencia de Londres 1947

La Conferencia de Londres de 1947 tenía como meta principal establecer un plan de ocupación y administración para la Alemania posguerra.

Los aliados buscaban un equilibrio delicado: evitar la resurrección de una Alemania militarista, mientras se promovía su reconstrucción económica y se prevenía un nuevo desastre humanitario.

Unificar las políticas de ocupación era esencial. Hasta ese momento, cada zona ocupada por las potencias aliadas se regía de manera independiente, lo que resultaba en una Alemania fragmentada y sin una dirección clara hacia la recuperación.

Además, se buscaba sentar las bases para la futura gobernanza alemana. Esto no era tarea fácil, dadas las diferencias ideológicas entre el Este y el Oeste, que ya insinuaban las tensiones de la incipiente Guerra Fría.

No querían que Alemania volviera a ser una amenaza, pero tampoco podían dejarla tirada, económicamente hablando.

La idea era ponerse de acuerdo en cómo gobernar Alemania, estableciendo un plan de ocupación y administración, ya que hasta ese momento, cada quien hacía lo suyo en su zona ocupada. Imagínate, era como intentar dirigir una orquesta donde cada músico toca una melodía diferente. No funcionaba.

También tenían que pensar en el futuro, en cómo Alemania sería gobernada cuando ellos ya no estuvieran al mando. Y aquí es donde la cosa se ponía tensa, dadas las diferencias ideológicas entre el Este y el Oeste.

Así que, básicamente, los objetivos eran encontrar un punto de encuentro. Querían que Alemania se levantara, pero manteniendo el control en sus manos, por si acaso. Era un equilibrio delicado, como caminar por una cuerda floja.

Participantes y Delegaciones

La Conferencia de Londres de 1947 fue como una reunión de vecinos después de una gran tormenta, cada uno con su propia idea de cómo reconstruir el vecindario. Los Estados Unidos, el Reino Unido, Francia y la Unión Soviética eran los dueños de casa, cada uno con su trozo de Alemania bajo el brazo.

Los norteamericanos llegaron con la idea de que una Alemania próspera era vital para la economía europea. Los británicos, liderados por Ernest Bevin, compartían una visión similar, pero con un ojo puesto en limitar el poder alemán para evitar futuros conflictos.

Los franceses, con Georges Bidault manejando las riendas, eran los más cautelosos. No estaban muy convencidos de fortalecer a Alemania, recordando las heridas frescas de la guerra. Y luego estaban los soviéticos, con Vyacheslav Molotov al mando, que veían una oportunidad de extender su influencia en Europa.

Cada delegación llegó con sus propios planes y expectativas, pero todos con un objetivo común: decidir el destino de Alemania sin encender la mecha de otro conflicto. Era un juego de diplomacia delicado donde cada palabra y cada gesto contaban.

Temas clave discutidos

Durante la Conferencia de Londres, los temas que se pusieron sobre la mesa eran tan variados como cruciales. El futuro político de Alemania (y con ello de Europa) estaba en juego, y cada potencia tenía su propia visión de cómo debería ser. ¿Un país unificado o dividido? ¿Cómo asegurar que no volviera a ser una amenaza?

Otro punto caliente fue la reconstrucción económica. Alemania estaba en ruinas, y había que decidir cómo y quién la levantaría. ¿Qué industrias se permitirían y cuáles se limitarían? Y claro, el tema de las reparaciones de guerra no se quedaba atrás. ¿Cuánto debía Alemania y cómo afectaría esto a su recuperación?

Las discusiones también giraron en torno a la administración de los territorios ocupados. Los aliados tenían que ponerse de acuerdo sobre cómo gobernar las zonas que controlaban, y cómo tratar a la población alemana.

Y no podemos olvidar las discrepancias entre las potencias aliadas. Cada una llegó con su propia agenda, y las tensiones eran palpables, especialmente entre el bloque soviético y los occidentales. Estas diferencias predecían las divisiones de la Guerra Fría.

Los temas clave discutidos en la conferencia no eran solo sobre el presente inmediato de Alemania, sino que también estaban sembrando las semillas de la política internacional para las próximas décadas.

Acuerdos y Desacuerdos

En la Conferencia de Londres, tras muchas tazas de café y debates intensos, los aliados llegaron a más desacuerdos que acuerdos, reflejando lo que ya era el inicio de la Guerra Fría.

Acuerdos

Se decidió que Alemania no sería responsable de pagar reparaciones que superaran su capacidad económica, porque, seamos sinceros, no querían dejarla en bancarrota. Además, se acordó que la industria alemana debía ser restringida para que no pudiera volver a ser una amenaza militar.

Desacuerdos

Vale, hablemos de esos temas que, digamos, se les atragantaron a los que estaban en la Conferencia de Londres.

Empezando por el Sarre, esa región era como la joya de la corona para Francia por su carbón y acero. Los franceses querían controlarla, pero claro, eso no sentó demasiado bien.

Al final, la conferencia Francia se movió para separar el Sarre y establecer un control económico, lo que creó más fricción entre las potencias aliadas.

Luego estaba el lío de las mercancías entre Alemania y Austria. Imagínate que tienes dos buenos amigos que siempre han compartido todo, pero de repente, no pueden ni pasarse una pelota de un jardín a otro.

Austria necesitaba las cosas que Alemania fabricaba, pero las reglas impuestas tras la guerra lo complicaban todo. La conferencia no logró allanar ese camino, y Austria se quedó un tiempo en una especie de limbo económico.

Y sobre la reunificación de Alemania, bueno, ese era el muro más grande que tenían que derribar (nunca mejor dicho). Los aliados occidentales y los soviéticos tenían ideas completamente diferentes de cómo debería ser Alemania.

Los del oeste querían una Alemania fuerte pero aliada e integrada en Europa occidental, mientras que los del este preferían una Alemania que no pudiera levantar cabeza para volver a amenazarles.

Esa diferencia de opiniones era tan grande que al final, Alemania quedó dividida en dos, como un pastel que nadie quería compartir.

Así que sí, esos fueron algunos de los puntos donde la conferencia fracasó. Y esos desacuerdos no fueron poca cosa, porque terminaron marcando el inicio de esa etapa tan que llamamos Guerra Fría.

Impacto en las Relaciones Internacionales

La Conferencia de Londres no fue solo una reunión para decidir el futuro de Alemania, fue también un tablero de ajedrez donde se movían las piezas de lo que empezaba a ser la Guerra Fría. Las decisiones tomadas allí tuvieron un impacto en cómo se desarrollarían las relaciones internacionales en las siguientes décadas.

Por un lado, la conferencia afianzó la división entre el Este y el Oeste. Aunque todos estaban de acuerdo en que Alemania no debía volver a ser una amenaza, las ideas sobre cómo lograrlo eran muy diferentes. Esto creó una tensión que se palpaba en cada discusión y cada acuerdo.

Además, la conferencia estableció un precedente para la cooperación internacional en la posguerra que fracasó. Por primera vez, las potencias victoriosas intentaban trabajar juntas para resolver los problemas de una Europa devastada, pero sin que se llegara a un consenso.

El impacto de la Conferencia de Londres de 1947 se extendió más allá de sus días de duración. Las políticas y actitudes adoptadas allí moldearon las futuras alianzas y conflictos. Los problemas no resueltos allí entre los dos bloques sentaron las bases para el mundo posbélico de la Guerra Fría.

Referencias para saber más

Avalon Project - Yale Law School

  • El Avalon Project ofrece una colección de documentos de derecho digitalizados que incluiye material sobre la Conferencia de Londres.

Foreign Relations of the United States (FRUS)

  • Esta serie publica los documentos oficiales del Departamento de Estado de EE. UU. y puede ser consultada en línea. 

Anne Deighton: The Impossible Peace: Britain, the Division of Germany, and the Origins of the Cold War. Oxford University Press, 1983.

Julián Mateo

Julián Mateo es historiador especializado en Historia de las Relaciones Internacionales. Ha sido Coordinador del Programa Internacional de Visitantes en el Ministerio de Asuntos Exteriores de España.

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