El Discurso de Churchill y el Telón de Acero: una advertencia histórica

discurso churchill telon de acero en la universidad de fulton

¿Has oído hablar del famoso discurso de Churchill y el  "Telón de Acero"? Fue en 1946 cuando Churchill, con su característico carácter, alertó al mundo sobre la división de Europa y el avance del comunismo. Al mencionar por primera vez el término 'Telón de Acero', estaba subrayando la creciente influencia soviética en Europa Oriental. Y no solo eso, también hizo un llamado a Estados Unidos, recordándoles su papel crucial en la defensa de la democracia.

Aunque te podría sorprender, su discurso no fue recibido con aplausos por todos. Generó debates, controversias y opiniones encontradas. Sin embargo, ese momento no solo señaló un momento decisivo en el inicio de la Guerra Fría, sino que también resaltó la importancia de estar alerta ante los peligros del totalitarismo en la era moderna. Un discurso para recordar, sin duda.

VER ÍNDICE DEL ARTÍCULO:
  1. Discurso de Churchill y el Telón de Acero: Contexto histórico
  2. Análisis del discurso de Churchill
  3. Repercusión del discurso
  4. Legado histórico del discurso de Churchill
  5. Referencias para saber más
  6. Transcripción del Discurso

Discurso de Churchill y el Telón de Acero: Contexto histórico

Imagina un Europa recién salida de la Segunda Guerra Mundial, con ciudades en ruinas y buscando cómo levantarse. En ese panorama, la Unión Soviética tenía un plan en mente: extender su influencia y llevar el comunismo a Europa Oriental. Ahí es donde entra el discurso de Churchill, poniendo las cartas sobre la mesa.

Europa en la posguerra de la Segunda Guerra Mundial

Porque esta Europa de posguerra, con ciudades en escombros y naciones tratando de ponerse de pie, no solo estaba lidiando con bolsillos vacíos y sociedades rotas, sino que también comenzaban a sentirse esas miradas de sospecha entre los que antes eran amigos o, al menos, aliados. Sí, hablo de las tensiones que empezaban a cocinarse entre Estados Unidos y la Unión Soviética.

La influencia soviética en Europa Oriental

Mira, la Unión Soviética estaba jugando bien sus cartas en Europa Oriental. Con un vacío de poder que le favorecía, se decía: "¿Por qué no extender un poco más nuestra influencia?". Así que, bajo el paraguas del bloque del Este, Moscú tenía un plan: dominar políticamente y militarmente la zona. ¿Cómo? Pues poniendo gobiernos que se movieran a su ritmo y tomando las riendas de las instituciones más importantes.

Churchill como crítico del comunismo

Ahora, en medio de todo este lío, entra en escena Winston Churchill. Imagínatelo como ese amigo que siempre te dice las cosas claras, sin rodeos. Churchill, que no era precisamente un fan del comunismo (todo lo contrario), se alzó como una de sus voces más críticas, especialmente cuando vio cómo la Unión Soviética extendía sus tentáculos por Europa. Desde que comenzó a alertar sobre las ambiciones en Europa del Este del régimen estalinista, nuestro amigo Winston no paró de defender a capa y espada los valores democráticos y la libertad, no solo en Europa, sino en todo el mundo, contraponiéndolos al comunismo.

Análisis del discurso de Churchill

Pronunciamiento en el Westminster College de Fulton, Missouri

Hablemos de ese famoso discurso del "Telón de Acero". Churchill se encuentra ante un auditorio en el Westminster College de Fulton, Missouri, un 5 de marzo de 1946. Y oye, no estaba solo, el presidente Truman lo presentó. ¿Por algo lo haría, no? Sabemos que unos días antes había recibido el telegrama de Kennan alertando sobre la conducta soviética y que había leído antes el discurso de Churchill. Así que seguramente quería mostrar con su presencia que estaba de acuerdo con lo que en él se decía.

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Winston Churchill junto al presidente estadounidense Harry S. Truman en el Westminster College, donde Churchill pronunció su famoso discurso. Imagen cortesía del Museo Nacional Churchill de Estados Unidos.

Denuncia de la división de Europa y el avance del comunismo

Entonces ahí, en ese escenario, Churchill soltó un discurso que dejó a más de uno con la boca abierta. No solo habló de cómo Europa estaba partida en dos, sino que también señaló con el dedo el avance del comunismo después de la locura de la Segunda Guerra Mundial.

Lo que soltó no era cualquier cosa. Hablaba con pasión sobre cómo Europa estaba siendo dividida y cómo el comunismo avanzaba sin freno. Pero no se quedó ahí. Subrayó cuán vital era defender la paz y la libertad, especialmente cuando veía la sombra de la Unión Soviética extendiéndose por Europa Oriental.

Con cada palabra, nos daba una campanada de alerta sobre los riesgos de un régimen que no dudaría en controlarlo todo. Y nos dejó claro: resistir esa influencia no era una opción, era una necesidad. Todo un momentazo, sin duda.

Introducción del término 'Telón de Acero'

Y ahora llega el momento de luces, cámara y acción en el discurso de Churchill. Imagina el silencio y la expectación cuando soltó la frase 'Telón de Acero'. Usó esa metáfora para pintarnos la imagen de esa frontera invisible, pero muy real, que separaba a los países bajo el abrazo soviético de los del oeste. Con esas palabras, nos mostró cómo la Unión Soviética tenía a los países del este de Europa bajo su mano. Todo un golpe de efecto.

Énfasis en la responsabilidad de Estados Unidos en la preservación de la democracia

Como ves Churchill no se guardó nada en este discurso. Imagínatelo, en medio de su charla, mirando directamente a Estados Unidos y diciendo: "Oigan, tienen un papelón, que es proteger la democracia de este avance comunista".

Pero no se quedó ahí. Habló de cómo había que potenciar la Organización de las Naciones Unidas y cómo los países que compartían la cultura inglesa (el siempre tan chauvinista), debían unirse más que nunca. Y para rematar, lanzó un grito de guerra: que todos los países occidentales se unieran para defender la paz, la libertad y, por supuesto, la democracia. Eso si, todo ello bajo un liderazgo anglosajón. ¡Churchill en todo su esplendor!

Repercusión del discurso

Reacciones negativas y acusaciones contra Churchill

Después de que Churchill soltara su discurso, las redes (bueno, las redes de la época) estallaron. No todos estaban contentos con lo que dijo. De hecho, muchos lo tacharon de ser un tipo que buscaba problemas y de no valorar todo lo que Rusia había hecho en la guerra. Y no te voy a mentir, hubo quienes dijeron que tenía ideas un poco... bueno, racistas. ¡Menudo revuelo causó! Pero, ¿sabes qué es lo mejor? A pesar de todo el alboroto, esa frase del "Telón de Acero" se quedó en la mente de todos. Había dejado huella.

La respuesta de Stalin y la polémica generada

Y como en toda buena historia, no podía faltar la respuesta del antagonista. Stalin, el jefazo de la Unión Soviética, no se quedó callado. Se lanzó diciendo que Churchill tenía ideas racistas y, para añadirle sabor al drama, alabó a los comunistas por su lucha contra el fascismo.

Eso solo echó más leña al fuego y las chispas entre estos dos líderes se hicieron más que evidentes. Lo que vimos fue una clara muestra de cómo dos antiguos aliados, que se habían unido contra el nazismo, ahora estaban de nuevo en esquinas opuestas del ring ideológico. Los bloques de Este y del Oeste comenzaban a configurarse cada vez más claramente.

El concepto de 'telón de acero' y el establecimiento de dictaduras comunistas en Europa Oriental

Aunque muchos le "tiraron tomates" metafóricamente a Churchill por su discurso, hay algo que no podemos negar: esa frase del 'telón de acero' se quedó en la mente de todos. Se convirtió en una de esas expresiones que todos usan para hablar de la división en Europa. Y, ¿sabes qué? Después de la guerra, como si estuvieran siguiendo un guion, aparecieron dictaduras comunistas en Europa Oriental. Era como si las advertencias de Churchill se estuvieran haciendo realidad. Estos gobiernos tenían a los países del Este bajo su control, y la sombra de la Unión Soviética se sentía en cada rincón.

Legado histórico del discurso de Churchill

Reconocimiento como hito histórico

Este discurso es como uno de esos episodios clave en la serie de la Guerra Fría. Fue uno de los primeros en decir: "Oigan, algo raro está pasando en Europa Oriental con los soviéticos". Churchill, con su agudo instinto, vio lo que muchos pasaban por alto y alertó sobre esos peligros que se cocían a fuego lento. Y, ¿sabes una cosa? Años después, los expertos siguen analizando y valorando ese discurso, porque, amigo mío, dejó una huella imborrable en cómo vemos el mundo.

Advertencia sobre la importancia de la paz y la libertad

Churchill nos pintó un panorama claro: "Ojo con el totalitarismo y no olvidemos lo valiosa que es nuestra paz y libertad". Y no solo eso, puso en un pedestal a la naciente democracia en Grecia, como un faro de esperanza que estaba luchando, ¡en ese mismo momento!, contra los peligros expuestos en su discurso. Pero también nos dijo: "Resistamos a esos regímenes comunistas si queremos que nuestros pueblos sean libres". Y, entre líneas, nos dejó un mensaje: se avecina una batalla por defender la democracia en nuestro tiempo. Era como un adelanto de lo que sería la Guerra Fría.

Vigencia del discurso en la historia contemporánea

Aunque ha pasado un buen rato desde que Churchill soltó ese discurso (¡77 años!), su eco sigue vivo. Sus palabras, llenas de pasión por la democracia y la libertad, siguen inspirando a muchos. Y ese término, 'telón de acero', se ha vuelto icónico.

No solo habla de una división ideológica, sino que ha sido usado para describir cualquier situación donde hay un alto grado de tensión y división política. Cada vez que escuchamos o leemos sobre ese discurso, es como si Churchill nos diera un codazo y nos dijera: "Recuerda los riesgos del totalitarismo y nunca dejes de luchar por la paz y la libertad, sin importar cómo cambie el mundo".

Desde mi punto de vista, ese discurso fue como una jugada maestra para ponerle freno al comunismo, y vaya que dejó su huella en el inicio de la Guerra Fría. Churchill, con su astucia característica, sabía que era crucial que las potencias occidentales se pusieran las pilas y mostraran un frente unido contra el avance soviético en Europa Oriental. Era como si nos dijera: "Chicos, esto ha cambiado, es hora de ponernos serios y actuar juntos".

A ver, que te quede claro, en el discurso de Churchill y el telón de acero, no se estaba agitando una bandera para ir a la guerra. Más bien, estaba usando su mejores cartas diplomáticas y políticas para juntar a las naciones democráticas y decirles: "Oigan, frenemos juntos este avance comunista".

En lugar de ponerse unos guantes de boxeo y saltar a pelearse directamente, Churchill quería ponerle un alto a la influencia soviética juntando a todo el equipo del oeste para que, unido, pudiera enfrentarla mejor. Era como si les dijera diciendo: "Si lo hacemos todos juntos, no se atreverán a atacarnos".

Indudablemente la estrategia tras el discurso de Churchill y el telón de acero de unir democracias para enfrentar amenazas, sigue siendo una táctica que muchas naciones adoptan hoy en día.

Referencias para saber más

Si eres de los que les gusta investigar a fondo (o simplemente eres un friki de la historia como yo), te tengo algunas referencias para que profundices en el tema:

- The Churchill Centre: Si quieres saber todo sobre Winston Churchill y sus discursos, este es tu sitio. Es como el santuario de Churchill en la web. Echale un vistazo aquí:

- Archivos Nacionales del Reino Unido: Imagina tener acceso a documentos súper top sobre Churchill y sus discursos. Pues aquí los tienes Y sí, incluyen el famoso discurso de Fulton. No te lo pierdas.

- Bibliotecas y Museos Presidenciales de EE. UU.: Estos lugares son como un baúl del tesoro para los amantes de la historia. Y si quieres saber más sobre cómo Truman presentó a Churchill en Fulton, la Biblioteca y Museo Presidencial de Harry S. Truman es tu parada.

- Libros y Artículos: Si eres de los que prefiere un buen libro o artículo en mano, aquí te dejo algunas recomendaciones:
The Churchill War Papers (Escritos por el mismísimo Sir Winston S. Churchill).
Churchill: A Life de Martin Gilbert. Es como una biografía top-notch de Churchill.
- Winston Churchill's Iron Curtain Speech Fifty Years Later, editado por James W. Muller.

¡Espero que te gusten!

Transcripción del Discurso

Estoy contento de haber venido al Westminister College esta tarde, y también de que me hagan el honor de concederme el doctorado…
Hoy los Estados Unidos se encuentran en el pináculo de la torre del poder. Es un momento solemne para la Democracia americana. Porque esa primacía de poder está acompañada de una impresionante responsabilidad de futuro. Si miran a su alrededor, no sólo deberán tener el sentimiento del deber cumplido, sino que habrán de sentir el temor de no alcanzar todo lo que se han propuesto… es necesario que el espíritu constante, el propósito inmutable y la gran sencillez en las decisiones guíen y gobiernen en la paz como e la guerra, la conducta de los pueblos que hablan en inglés. En esta obligación debemos demostrar que somos iguales, y creo que lo vamos a hacer.
Tengo una propuesta práctica y concreta que hacer. Se pueden nombrar tribunales y jueces, pero no pueden funcionar sin sheriff ni policías. La Organización de la Naciones Unidas debe empezar inmediatamente a proveerse de un ejército internacional… propongo que se invite a todas las potencias y a todos los Estados a que deleguen un número determinado de sus escuadrones aéreos para e servicio de la Organización mundial… se podría empezar a escala modesta, para que creciera a medida que lo hiciera la confianza. Querría haber visto que se hacía cuando terminó la Primera Guerra Mundial, y confío de todo corazón que se pueda hacer inmediatamente.
No obstante, sería un error y una imprudencia confiar los conocimientos secretos o la experiencia de la bomba atómica, que hoy comparten los Estados Unidos, Gan Bretaña y Canadá, a la Organización Internacional mientras esta se encuentre en su infancia… Nadie de ningún país ha dormido peor en su cama porque estos conocimientos, esos métodos y las materias primas que hay que utilizar, en su mayoría se encuentren hoy en manos de los americanos. No creo que todos nosotros hubiéramos dormido con tanta placidez si la situación hubiese sido la opuesta o si algún estado comunista o neofascista hubiese monopolizado hasta hoy estos temibles recursos. Dios ha querido que no ocurra así y disponemos al menos de un tiempo para respirar y poner la casa en orden antes de enfrentarnos a este peligro; e incluso entonces, si no se ahorran esfuerzos seguiremos poseyendo una superioridad tan formidable que bastará para disuadir de forma efectiva de que los utilicen o amenacen con hacerlo.
… y ahora hablaré del segundo peligro de estos maleantes que amenazan la finca, la casa y a la gente corriente; es decir, la tiranía. No podemos estar ciegos ante el hecho de que las libertades de que goza cada uno de los ciudadanos de todo el Imperio Británico no existen en número considerable de países, algunos de los cuales son grandes potencias. En estos Estados se controla a la gente corriente mediante diferentes tipos de gobiernos policiales que lo abarcan todo…
Hoy, cuando las dificultades son tantas, no es obligación nuestra intervenir a la fuerza en los asuntos internos de los países que no hemos conquistado en la guerra. Pero nunca debemos dejar de proclamar sin miedo los grandes principios de la libertad y los derechos del hombre, que son la herencia común del mundo de habla inglesa que, a través de la Carta Magna, la Carta de Derechos, el Habeas Corpus, el juicio y el jurado, y el derecho Común Inglés, tienen su más famosa expresión en la Declaración de Independencia Americana.
Todo esto significa que las personas de cualquier país tienen derecho, y deberían tener la capacidad reconocida por la Constitución de elegir o cambiar, mediante elecciones libres, sin restricciones y secretas el carácter o la forma de gobierno por el que se rijan; que debe imperar la libertada de expresión y de pensamiento; que los tribunales de justicia, independientes del poder ejecutivo y de cualquier partido apliquen las leyes que hayan recibido el consentimiento amplio de la mayoría o estén consagradas por el tiempo y la costumbre. Ello representa el título de propiedad de la libertad que debe existir en todos los hogares. Ahí está el mensaje que los pueblos americanos e ingles dirigen a la humanidad.
No se podrá evitar la guerra de forma segura ni podrá progresar de forma continuada la Organización Mundial sin lo que he denominado la asociación fraterna de los pueblos de habla inglesa… la asociación fraterna no solo exige el desarrollo de la amistad y la comprensión mutua de nuestros dos sistemas de sociedad, muy amplios, pero similares, sino la continuidad de relación estrecha entre nuestros asesores militares, que conduzca al estudio común de los posibles peligros, la semejanza de las armas y los manuales de instrucción y al intercambio de oficiales y cadetes en los centros de formación.
Una sombra se cierne sobre los escenarios que hasta hoy alumbraba la luz de la victoria de los aliados. Nadie sabe que pretende hacer la Rusia Soviética y su organización Comunista Internacional en el futuro inmediato, ni cuales son los límites si existe alguno, a su tendencia expansiva y proselitista. Siento una gran admiración y tengo una gran estima al valeroso pueblo ruso y al que fue mi camarada en la guerra, el Mariscal Stalin. En Gran Bretaña (y no dudo que también en Estados Unidos) existe una profunda simpatía y buena voluntad hacia todos los pueblos de Rusia y una disposición a perseverar, a partir de las muchas diferencias y los muchos desaires, en el establecimiento de una amistad duradera. Comprendemos la necesidad que tiene Rusia de asegurar sus fronteras occidentales para alejar cualquier posibilidad de agresión por parte de los alemanes. Damos la bienvenida a Rusia al lugar que le corresponde entre las principales naciones del mundo. Damos la bienvenida a su bandera en los mares. Y sobre todo nos alegramos de los contactos constantes, frecuentes y cada vez más numerosos entre el pueblo ruso y nuestro propio pueblo de ambos lados del Atlántico. Sin embargo s mi obligación, porque estoy seguro que desean que les diga las cosas como las veo, exponerles algunos hechos sobre la posición actual de Europa.
Desde Stettin, en el Báltico, a Trieste, en el Adriático, ha caído sobre el continente un telón de acero. Tras él se encuentran todas las capitales de los antiguos Estados de Europa central y Oriental. Varsovia, Berlín, Praga, Viena, Budapest, Belgrado, Bucarest y Sofía, todas estas famosas ciudades y sus poblaciones y los países en torno a ellas se encuentran en lo que debo llamar la esfera soviética, y todos están sometidos, de una manera u otra, no sólo a la influencia soviética, sino a una altísima y, en muchos casos, creciente medida de control por parte de Moscú, muy fuertes, y en algunos casos, cada vez más estrictas. Únicamente Atenas es libre de elegir su futro en unas elecciones bajo la supervisión de Ingleses, americanos y franceses. El gobierno polaco, dominado por Rusia, ha sido empujado a hacer incursiones enormes e injustas en Alemania, y hoy se está produciendo la expulsión en masa de millones de alemanes a una escala inimaginable y de extrema gravedad. Los partidos Comunistas que eran muy reducidos en los Estados Orientales de Europa, han sido situados en lugares preeminentes, se les ha otorgado un poder muy superior a lo que representan y procuran hacerse con un control totalitario en todas partes. Los gobiernos policiales prevalecen en casi todos los casos y, de momento, salvo en Checoslovaquia no existe una autentica democracia.
La seguridad del mundo exige una nueva unidad de Europa, de la que ninguna nación esté excluida de forma permanente. Las guerras de las que hemos sido testigo o las que ocurrieron en tiempos anteriores, nacieron de las disputas entre pueblos a los que unen fuertes vínculos… dos veces Estados Unidos ha tenido que enviar a la guerra al otro lado del Atlántico a varios millones de sus jóvenes; y hoy la guerra puede sorprender a cualquier nación de cualquier lugar entre oriente y Occidente. No hay duda de que debemos trabajar en la pacificación de toda Europa, dentro de la estructura de Naciones Unidas y de acuerdo con su carta.
…en un gran número de países, lejos de las fronteras rusas y por todo el mundo, se establecen quintas columnas comunistas que trabajan en perfecta Unión y total obediencia a las directrices que reciben del centro comunista.
Pesé que tenía la obligación de mostrar la sombra que, tanto en oriente como en occidente, se cierne sobre el mundo. Era alto ministro en tiempos del Tratado de Versalles y amigo íntimo del Señor Lloyd George, que fue el jefe de la delegación Británica en Versalles. Yo no estaba de acuerdo en muchas cosas que se hicieron, pero tengo muy grabada en la mente aquella situación y me duele tenerla que cotejar con lo que ocurre hoy. En aquellos días se tenia mucha esperanza y una confianza sin límites en que las guerras se habían terminado y en que la Liga de Naciones sería todopoderosa. En el enfermizo mundo de hoy no veo ni siento la misma confianza, ni siquiera las mismas esperanzas.
Por otro lado, rechazo la idea de que es inevitable una nueva guerra, y mucho más la de que sea inminente. Estoy seguro de que nuestros destinos siguen en nuestras manos… por eso me siento obligado a hablar ahora que tengo la oportunidad de hacerlo. No creo que la Rusia Soviética desee la guerra. Lo que quieren son los frutos de la guerra y la expansión indefinida de su poder y de sus doctrinas. Pero lo que debemos considerar hoy aquí mientras hay tiempo es la prevención permanente de la guerra y el establecimiento de las condiciones de liberad y democracias lo antes posible en todos los países… las dificultades y peligros no desaparecerán porque cerremos los ojos…
Por ‘cuanto he visto de nuestros amigos los rusos durante la guerra, estoy convencido de que nada admiran más que la fuerza y nada respetan menos que la debilidad especialmente la debilidad militar. Por esta razón la vieja doctrina del equilibrio de poder es perjudicial. Si las naciones occidentales se mantienen juntas en el respeto estricto de la Carta de las Naciones Unidas, su influencia en el fomento de esos principios será inmensa (…)
La última vez vi que se aproximaba todo esto y lo proclamé a mis paisanos y al mundo, pero nadie prestó atención. Hasta 1933 e incluso 1935 se hubiera podido salvar a Alemania del terrible destino en que ha caído y todos nos podríamos haber evitado todas las calamidades que Hitler permitió que cayeran sobre la Humanidad. Nunca en a historia hubo una guerra tan fácil de prevenir mediante una acción oportuna como la guerra que acaba de asolar grandes zonas del globo… pero nadie quiso escuchar, y el terrible torbellino nos engulló a uno después de otro. Es evidente que no debemos permitir que vuelva a ocurrir.
Y esto sólo se puede conseguir si hoy en 1946, alcanzamos un buen acuerdo con Rusia en todas las cuestiones bajo la autoridad general de la Organización de las Naciones Unidas y con el mantenimiento de ese acuerdo a lo largo de muchos años de paz mediante este instrumento mundial apoyado por todas las fuerzas del mundo de habla inglesa y todos los países relacionados con él. Ahí esta la solución que con todo respeto les propongo en esta Alocución a la que he dado el título de “Los Pilares de la Paz”.

Julián Mateo

Julián Mateo es historiador especializado en Historia de las Relaciones Internacionales. Ha sido Coordinador del Programa Internacional de Visitantes en el Ministerio de Asuntos Exteriores de España.

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